Amantes de las frutas, a continuación en Integrana queremos ponernos algo más serios que de costumbre y abordar un tema que, además de ser un problema que afecta al mundo entero y cuya resolución debe ser urgente y necesaria, representa una de las razones que nos llevaron a comenzar esta aventura: la sobreproducción de alimentos de temporada y el consecuente desperdicio de comida.
Y es que la situación es más que preocupante. A nivel mundial, según la FAO, un tercio de todos los alimentos producidos anualmente acaban en el cubo de la basura, lo que equivale a 1.300 millones de toneladas. Este desperdicio representa una pérdida neta de más de 575.000 millones de euros al año o, lo que es aún más triste, esta cantidad de comida podría alimentar a más de 2.000 millones de personas.
El desperdicio en España
A nivel nacional, la historia no es que tampoco sea para tirar cohetes. España es el séptimo país de la Unión Europea que más alimentos desperdicia, con más de 7,5 millones de toneladas al año, lo que equivale a 170 kilos de comida por persona o 3.000 millones de euros al año tirados a la basura.
Asimismo, alrededor del 80% de los alimentos que tiramos no son cocinados, sino que se trata de productos frescos que no consumimos, esencialmente frutas y verduras, seguidas de productos lácteos.
¿Por qué este derroche?
¿A qué se debe este derroche alimentario? Esencialmente a que la comida ha perdido su valor a ojos del consumidor. No hace mucho, os hablamos de cómo la introducción de las grandes superficies había generado un cambio en el paradigma agrícola, para responder a una demanda constante de generalizada de alimentos.

Pues bien, esta sobreproducción – especialmente en temporada, cuando toda la producción agrícola llega al mismo tiempo al mercado – genera una sobreabundancia de productos comestibles a precios realmente bajos que, a su vez, insensibiliza al consumidor sobre su valor real, en términos de costes de producción, transporte y conservación. Diciéndolo de otra manera: tenemos mucho de todo durante todo el año y, cuando no queda en nuestro país, se produce en otro sitio y se trae casi de manera inmediata. Bajo estos criterios, ¿cómo vamos a saber cuánto vale realmente lo que comemos?
Aumenta la concienciación
Pero todo no es tragedia, tranquilos. Recientemente han aparecido numerosas iniciativas, tanto digitales como físicas, para empezar a concienciar a los consumidores –especialmente a las familias, ya que 53% del desperdicio de alimentos en Europa ocurre en el hogar– sobre el impacto económico, social y climático del despilfarro de alimentos.
Para terminar, nos gustaría aportar modestamente nuestro granito de arena a la causa, ya que Integrana, a través de la liofilización, aumenta considerablemente la vida útil de la fruta fresca a la vez que mantiene sus propiedades. Esto, sumado al hecho de que el estado de maduración de la fruta no influye en nuestro proceso, hace que nuestra empresa esté muy comprometida en la lucha contra el desperdicio de alimentos, en especial de la fruta fresca.
Así que ya sabéis, amigos: comed sano, comed justo, pero sobre todo, ¡no compréis más de lo que podéis comer!